#ElPerúQueQueremos

LA NOCHE QUE CASTAÑEDA QUISO ATENTAR CONTRA SAN MARCOS: Una historia olvidada y conocida por pocos

Joshimar De la CruzFacultad de Derecho de la UNMSM

Publicado: 2014-10-05


Así que si eres sanmarquino y tienes un poco de dignidad, no votarás por Castañeda. Podría hablar de todos los robos de Castañeda, pero sólo les contaré un suceso que marco mi vida de estudiante, mi vida de cachimbo.

El primer día (de haber conocido la universidad) ha sido, tal vez, uno de los sucesos que marcaron mi vida como estudiante sanmarquino. Así, como a muchos de la base 2009.

Aquellos que recuerdan aquel dantesco día, recodarán estos pasajes que intentare relatar, y tal vez por haberlo contado muchas veces, lo diga con metáforas exacerbadas como si se tratará de una oda griega.

Así comienzo, en la memoria de los cachimbos de la 2009, se encierra una dantesca noche que marcará la vida de algunos y el desprecio por otros a la autoridad, a Castañeda.

Aquella noche, fue el primer día de matrícula en la universidad. Como toda matricula sanmarquina: colas desde las 8 pm (un día antes), partidos de fútbol a media noche, lluvia (porqué carajos siempre llueve en dichas amanecidas), tragos a montones para soportar el frío, cruzes de entrepiernas (Tú lo sabes), etc.

No recuerdo con quién estaba, conocía a pocos, pero conocí en mi primer día a grandes amigos en aquella noche. Aquella que, transcurría de forma normal, con tragos en mano y hablando de filosofía e historia, un poco de Marx y de Lenin (porqué cachimbo que no habla de ellos, no es sanmarquino).

Las horas transcurrían, eran tres horas de cola, y recién eran las 12 pm. Muchos para sobrellevar la hipotermia, jugamos una pichanga en medio de la Av. Universitaria. Todos reunidos, todos cachimbos, se conocían poco a poco. Todos veíamos las horas pasar, juntos, conociéndonos de forma amigable; algunos hablando de donde provenían, cuanto se habían esmerado por ingresar, otros con cuantos intentos recién ingresaron.

Una noche normal, frío de medianoche, cielo negro como el limeño y el olor de pescado ( el que nos recibe cada mañana). Sin embargo, a eso de la 1 am, se vio en el horizonte, entre la Av.universitaria y la Av. venezuela, un grupo de personas, encapuchados tal cual pandilla de barrio.

Decenas de personas portando palos, piedras y otras cosas, al lado de un grupo de serenos de la Municipalidad de Lima. Todos pugnaban por derrumbar los “containers” que nos servía de muro (los cahimbos de hoy no saben que antes parecíamos el terminal del Callao) con el propósito de entrar a la Universidad.

Todos asustados, pedimos a los porteros de la universidad, que nos permitan ingresar a la universidad para resguardarnos, ya que se aproximaban a nosotros. Y así, pudimos ingresar a la universidad, pero aún este grupo de maleantes, entre pandilleros y serenos de la Municipalidad, se encontraba afuera pugnando por ingresar.

La noche se volvía incierta y escalofriante para un grupo de chicos de primer año, que nunca habían vivido la violencia, !qué se esperaba era la 1 am y un grupo de matones tiraba piedras! Sin embargo, en aquella noche descubrí lo que era estudiar en San Marcos: “Todos somos uno, y uno sirve a todos”. Aquella noche un grupo de cachimbos estaba entre luchar contra este grupo de matones o irse a casa y dejar la universidad a merced de estos mismos.

Ya se imaginaran, dichos cachimbos decidieron por luchar, por defender la Universidad (Si señores tiramos piedras, nos levantamos, llámenos bandoleros o pandilleros, pero el San Marquino defiende sus derechos).

Así descubrí que un grupo de chicos que no conocía la Universidad (muchos conocían por primera vez la universidad), trabajadores(los porteros,seguridad, bibliotecarios,etc. ) que se podría pensar que no aman la Universidad, padres que nunca han estudiado en la Universidad; todos se sumaron a la defensa de la Universidad, nadie tenía un "porqué determinado", nadie tenía un "próposito determinado" ¿¡Arriesgar tu pellejo por un grupo de edificios maltrechos!? Pero todos sabían que no se necesitaba pensar demasiado. Todos sentían que la Universidad necesitaba defenderse ante tal atentado contra la civilidad.

Aquella noche perdí mi confianza ante la autoridad. Aquel día me di cuenta que los políticos realmente podrían ser dichos: ¡que son una mierda!, si señores no hay otra palabra. Atentar contra unos jóvenes, atentar contra la universidad cobardemente en la madrugada, sabiendo que no había nadie que pudiera defenderlo. Así de cobarde fue Castañeda, la Municipalidad de lima, de contratar maleantes y criminales pagados para poder ingresar a la Universidad.

Pero no sabía Castañeda, que el sanmarquino siempre se defiende ante la injusticia. No sabía que un grupo de cachimbos defendería la Universidad.

Aquella noche fue la noche más dantesca. Piedras volaban en la oscuridad, no las veías venir, solo la sentías cuando te rompían la cabeza, te dejaban cojo, o te dejaban tirado en el piso. Los “containers” se movían, se venían abajo. La noche se volvía pesada y tronaba al son de los palos. Maldita noche, maldito primer día de estudiante.

Este grupo de cachimbos, otros pocos compañeros, padres y los trabajadores de la Universidad. Todos estábamos exhaustos, muchos tirados y dañados, después de largos minutos no podíamos, las fuerzas se escapaban de nuestras manos. Los maleantes ganaban, nosotros declinábamos.

Sin embargo, como en una novela de suspenso, siempre se aparece “el salvador”, “el héroe” o los “refuerzos” cuando sientes que todo está perdido.

En el horizonte, más o menos por la “media luna” de la Facultad de Letras se aproximaba un grupo de personas, con marcha militar, al son de tambores, impregnaban la mirada, y haciendo temblar el suelo.

Dicho grupo eran los refuerzos. Eran los recios compañeros de la residencia de la Ciudad Universitaria. Muchos con sus pijamas, con caras semidormidas, ojerosos y despeinados, y con pantuflas. Ellos habían escuchado nuestro clamor, y realmente vinieron por nosotros.

Con ellos, pusimos marcha al contraataque, con su experiencia de lucha sanmarquina, nos alimentaron de fuerzas y valentía, los muertos se levantaban y los heridos utilizaban su ultimo aliento.

La batalla se inclinaba, tomaba otro rumbo. Se quemaba llantas para ver las piedras por donde volaban. Las mujeres, tal cual rabonas, portaban y traían las piedras ( no sé de dónde) para que pudiéramos tener municiones y seguir luchando, nunca vi en mi vida mujeres con tanto valor. Estudiantes se subían a los inmensos arboles, tal cual monos, para indicarnos a dónde tirar las piedras, eran nuestros guías.

Aquella maldita noche fue larga, luchamos sin cesar, luchamos por nuestra amada casa. Muchos nos dimos cuenta de la cobardía de la autoridad, hasta donde puede llegar, a donde podía llegar un alcalde como Castañeda, que tal cual sicario, no le importa los medios, no le importaba la ética. Tal cual capo italiano obtiene lo que quiere, al precio que fuere.

Después de tanto pudimos soportar y defender nuestra casa. Amigos con la cabeza rota, cojos, con heridas graves, otros exhaustos por una trajinada noche. Sin embargo, todos felices por saber que es portar la insignia San Marquina y defenderla.

Algunos dirán que sentimientos guardan ingresar a San Marcos, te dirán ingresaste por qué no te quedaba otra universidad, o no pudiste pagar una universidad como la de Lima o la Pacífico. Sí, tal vez si hubiera tenido dinero me hubiera ido a una de estas universidades. Sin embargo, aquella noche me di cuenta lo que es ser sanmarquino, es pertenecer a una parte de la sociedad, la más perjudicada, la más humilde, la que siempre ha sido discriminada y dañada, pero es el grupo intelectual de la clase marginada, la que dice: ¡no más carajo!, y se levanta. Habrás maltratado o discriminado a mi padre, a mis abuelos, a amigos, pero a mí no, por qué yo soy el pueblo consciente.

Es eso el encanto de San Marcos del presente, no se dejen engañar. San Marcos alguna vez fue oligarca, donde solo ingresaba la gente de alcurnia, esa es otra San Marcos, pero al igual pertenecen a nuestra historia. El San Marcos de hoy, es la del pueblo. Esa que busca surgir a fuerza de su conocimiento y valentía. El único lugar donde el conocimiento del pueblo y el marginado pueden ser expresados y discutidos.

Si te vas a una privada, no la defenderás de igual forma, porque al igual con tu dinero podrás cambiarte de universidad. Sin embargo, al sanmarquino tal vez lo ate la necesidad, pero aún más importante que eso, lo ata el amor, al único y más importante lugar donde el pueblo se expresa.

Aquella noche Castañeda entendió una vez más ese amor arraigado a nuestra casa de estudios.

DE SEGURO MAÑANA SALDRÁ CASTAÑEDA, Y VOLVERÁ POR SAN MARCOS. Pero al igual que aquella noche, encontrará el amor de los estudiantes por su Universidad, que la defenderán si es posible arriesgando su vida por ella.

SÍ SEÑORES, EL SANMARQUINO CON DIGNIDAD NO VOTA POR CASTAÑEDA

*En mérito a aquellos con los que compartí aquel día de lucha. Señores esto no es pandillaje o bandolerismo, es tener dignidad para defender tus derechos.

Ser de derecha o de izquierda importa un carajo cuando se trata de defender tu casa o tus derechos. Así que no importa tu ideología, sino tu conciencia por cambiar esta realidad.


Escrito por

Joshimar De la Cruz

"El escribir es mi catarsis"


Publicado en